Industria mendocina (o cómo llegué a una metalmecánica)

©MZ Inspiration
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No es muy frecuente verme llegar a una metalmecánica en el Carril Rodríguez Peña (nunca me ubico por esa zona) en Godoy Cruz, en donde se encuentran cientos de empresas, fábricas, galpones, una zona industrial por excelencia. En realidad, no es frecuente leer sobre la actividad metalmecánica de la provincia, de la cual no tenía ni idea hasta esta visita.

Mientras iba hacia IME -la empresa que visité- me preguntaba también si era el tipo de visita para MZI, pero a medida que escuchaba a Facundo -el dueño y vocero oficial- me fui convenciendo. No tanto por lo que hacen, sino por su necesidad de crear puentes, de dar a conocer las oportunidades del sector, y de -como joven empresario (me pareció fabuloso que alguien no se presente como emprendedor de una vez)- de mostrar el impacto de lo que se hace fuera del glamour pretendido por estos lares.

¿Qué es más sustentable, una finca con aceite de oliva o una empresa autosustentable -producen allí y con sus herramientas todo lo que consumen- que emplea a más de 100 personas y ayuda a construir plazas y espacios públicos en su zona?

En IME no había paisaje sino galpones enormes, mucha gente trabajando, nadie paró un segundo, era todo metal, mucho metal.
La empresa fabrica grandes piezas que son luego utilizadas en grandes obras como diques, represas, obras de energía hidroeléctrica en general (podrán ver las dimensiones de todo en las fotos). Según él, en los últimos tres años el sector viene creciendo muy fuerte. De ahí las diferencias entre lo que él percibe acerca del modelo, y el mío. Pero no es sólo una cuestión de rentabilidad, es movimiento y trabajo.

Estamos hablando de una empresa mendocina, que tímidamente -después de IMPSA, y a un nivel de facturación y relevancia muy distinto- trabaja con grandes obras de San Juan, Buenos Aires (participó en la obra del Arroyo Maldonado), y países de América Latina.

Casi todas obras vinculadas a embalses, represas. 100% industrial. Me pareció interesante ver esta máquina que corta las piezas que luego se van «esamblando» para formar parte de lo que mandan a una obra. Esos cortes los hacen con un programa (un software) que aprende a usar un Ingeniero, allí.

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Pasé casi una hora rodeada de tubos,metal,conociendo en detalle cada una de las cosas que hacían. Ésta otra máquina que «aplasta» láminas de acero, con las que trabajan en la fabricación de las piezas que van a formar parte de grandes obras. Se llama «Roladora DAVI», tiene una capacidad de rolado de hasta 75 mm.

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Pienso que naturalmente no se conoce mucho sobre esto porque no es un producto que se consuma en forma masiva. La gente no consume las represas, quizá sí la afecta la existencia o no de ellas.

Llegué a IME porque luego de un tiempo intercambiando opiniones con Facu, basadas en las diferentes formas en la que cada uno ve la realidad de la provincia y del país, quise ver de qué se trataba fuera del comentario en Facebook. Escuchándolo, escuché necesidades que me movieron a mí también cuando necesitaba generar puentes entre Mendoza y otros lugares, y que también escuché en Le Parc cuando fui a la charla de Costado Galería (artistas que se dedicaron a crear puentes entre Mendoza-Buenos Aires-Valparaíso). Es la necesidad de decir, de mostrar lo que están haciendo desde acá, y en este sentido está alineado con lo que intentamos mostrar desde este blog: cosas que pasan en la periferia de donde supuestamente pasa todo.

Claramente esto se refleja en que Facundo y otras personas del sector están participando mucho en charlas, seminarios, como el de este viernes a las 9.30 en el ITU de Luján en donde gente de Ecuador y Perú -países con los que trabaja Argentina en este tipo de obras- visita Mendoza para saber más sobre la metalmecánica y lo que pueden hacer con industria 100% mendocina.

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